Trabajar en cruceros

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¿Alguna vez te preguntaste cómo es la experiencia de trabajar en cruceros?

La experiencia de trabajar en cruceros puede ser contada y relatada con miles de detalles, pero aun así, es una experiencia que no puede ser comprendida por aquel que no la ha vivido.

Sin embargo, quienes hemos pasado por ella, no podemos dejar de hablar al respecto…
Hay tanto por decir, que, para no abrumarlos, voy a intentar separar por temas para que no se me escape nada…

El embarque

Si bien yo embarqué después de mis 30 años, volví a sentir que no sabía absolutamente nada de la vida… me sentí totalmente indefensa, perdida, como que de alguna manera, tenía que empezar de cero.

Los primeros días son durísimos… el cansancio del viaje, la nostalgia por las despedidas, el cambio de horario, los nuevos idiomas, un sinfín de cosas por aprender, las pocas horas de sueño, y la pregunta constante ¨quién me mandó¨, además de unas ganas incontrolables de dejar todo y volver a casa…

Con el correr de los días… como a todo, nos vamos adaptando… vas conociendo gente, familiarizándote con tus tareas, acostumbrándote a los nuevos horarios, en fin… le vas empezando a tomar el gustito…

Puedo decir que, al mes de haber embarcado, ya sentí que estaba donde tenía que estar…

La adaptación

Muy al contrario de lo que se piensa, trabajar en cruceros no es nada fácil.

Para mí fue muy importante abrirme a conocer a mis compañeros, frecuentar los espacios comunes para el personal, tomarme un café o una cervecita con ellos, y también con aquellos que trabajaban en otros departamentos. Al fin y al cabo, el círculo de gente que te rodea termina siendo tu sostén, quienes te acompañan en aquellos momentos en que tus fuerzas flaquean.

En el crucero vivís para trabajar. El promedio de horas de trabajo es de 8 a 10 horas por día, pudiendo este ser más extenso los días de navegación. Generalmente hay mucho desgaste físico, eso sí, no hay tiempo de aburrirse… dejás de ver televisión, de tirarte en la cama a hacer nada… allí el tiempo es oro, y se vive cada segundo a pleno, ya sea trabajando o disfrutándolo. Y ésta es, para mí, una de las mejores partes…

Valorás pequeñas cosas que antes dabas por obvias, como una charla, una noche en un bar, ir al cine. Ir al supermercado se convierte en todo un plan, disfrutás una rica comida como si fuera la última, en fin, volvés a valorar esas pequeñas cosas que muchas veces olvidamos.

Como leí por ahí ¨el fin del mar es sentirse más vivo¨, y es realmente así… Lo bueno y lo malo se vive sin matices…

He vivido momentos de euforia, en los que sentí que mi vida no podía ser mejor, y he tocado fondo, sintiendo frustraciones, tristeza y cansancio como nunca antes había sentido.

Los puertos

Trabajar en cruceros tiene sus ventajas.

Muchos me preguntan si es posible bajar en los puertos… claro que sí, es un barco, no una cárcel…

De todas formas, sobre los puertos y ciudades recorridas habrá un capítulo aparte.
Sin embargo aquí comparto un poco, a grandes rasgos, para que se den una idea…

Una de las sensaciones inigualables que se tienen cuando vivís en un barco es bajar en una ciudad nueva que no conocías y que jamás pensaste que ibas a pisar.

Recuerdo haber llegado a Dubai… me emocioné en primer lugar por la distancia recorrida, en segundo, porque jamás pensé al comenzar la aventura de embarcar que llegaría tan lejos, y no en el sentido geográfico… Un lugar totalmente inimaginado, con sus autopistas, sus interminables edificios, su mezcla de culturas, su soberbia… en fin, cuando conocés un puerto nuevo sabés que el sacrificio vale la pena, no podés ocultar tu sonrisa y pensar

¨fui capaz de llegar hasta acá¨.

Muchas veces, contemplando el hecho de que generalmente contás con poco tiempo, lo malgastás un poquito en un bar con internet (en el barco es pago)… Te gana la ansiedad de subir la foto en esa ciudad lejana, para que todos lo vean, y decir

¨Loco! Estoy en Dubai!!!¨.

Y así, vas generando tu listita de lugares visitados, mientras proporcionalmente, se va haciendo más extensa la lista de los lugares que querés visitar.

Las relaciones

Algo que es también muy fuerte es la manera de relacionarte o ¨no relacionarte¨ con la gente… porque tampoco voy a ser hipócrita… es imposible llevarse bien con todo el mundo, y, lamentablemente, si no tenés buena onda con alguien, a veces tenés que ser consciente que deberás verlos dentro del horario laboral, y también fuera…

Pero en lo que respecta a las relaciones sanas… qué decir… no hacés amigos, formás familias…

Tus compañeros pasan a ser tus hermanos, por momentos haciendo cosas de niños, como jugar una guerra de pelotas y, por otros, siendo extremadamente adultos, compartiendo vivencias, opiniones, charlas más profundas que el mar mismo.

Ni hablar de cuando te enamorás… Jamás pensé que en menos de tres meses podrías llegar a querer a alguien como nunca antes en tu vida, pero es así… no sé si será el estar lejos de casa, el estrés, la necesidad de conectar, pero llegás a sentir, y mucho. Y ojo, no siempre significa que sea una relación que pudiera prosperar en tierra firme.

Si hay algo que aprendés muy a rajatabla es que la mayoría de las historias allí tienen principio y fin, quizás a veces muy precipitado, y esto las hace más intensas… y las cerrás con un moño, y las guardás en tu corazón, para siempre.

Pero eso sí, las amistades, por más que no te vuelvas a ver, esas no terminan… a través de las redes sociales, de mensajitos, de audios, mantenés lazos con quienes de alguna manera u otra te tocaron el alma. Y los ves casarse, tener hijos, y los sentís tan cercanos como a los amigos de tu barrio, y eso es, para mí, más allá de los ahorros, de los lugares que conocés y de todo lo que ganás, una de las partes más hermosas de esta experiencia, razón por la cual la repetiría una y mil veces…

En fin, ya voy cerrando el relato y caigo en la cuenta de que hablé de todo un poco menos del trabajo… para lo cual dedicaré un capítulo exclusivo…

La idea de este era, simplemente compartir, a grandes rasgos lo que deja la experiencia de trabajar en un crucero…

Aún quedan mil cosas por contar, algunas ya las iré relatando y otras, irán surgiendo de las preguntas que me hagan.

Sin embargo, lo que quiero dejarles con esto, si alguno siente en algún lugarcito esa loca idea de trabajar en cruceros, que es una experiencia que ABSOLUTAMENTE RECOMIENDO desde lo más genuino de mi corazón… Sabés cómo sos cuando embarcás, pero una vez que hayas tocado el mar, tu vida no volverá a ser la misma 

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JM
JM
6 years ago

gracias por lo genuino de tu corazón